sábado, 9 de mayo de 2015

Un Día Contigo

Sus piernas no tenían fin, estaba sentada en el mueble beige de la sala con una chompa tenuemente verde que la confundía entre las historias, fotos coloridas de moda y belleza que eran su séquito favorito, verla en su habitad natural era un deleite que había encontrado, me envicie en sus entrepalabras, de su pequeña nariz, sus grandes e increíbles ojos y de su sabor antiguo que esconde un misterio realmente ensordecedor, me acerque porque nunca vi tal belleza en una media sonrisa.

Quizá me puedas mostrar un poco de todo eso que estas viendo y leyendo - pregunte, sonrió y continuo leyendo (para ser sincero aun lo hace), jamas espere su atención, sobre todo porque yo no era un tema interesante, era mas bien un tipo desaliñado de cabello largo, barba en mi mentón y poco sociable... una mala compañía dirían muchos.

Empezamos una conversación tan larga, despues de eso todo fue paseos por la tarde, películas, música e historias bobas sobre nosotros acompañadas de tu sonrisa.

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